Cuando se presenta una depreciación del peso, afectará sobre todo a los importadores, pues al tener que pagar más dinero local (pesos) por la misma cantidad de divisas (dólares) para adquirir bienes y servicios en el exterior, sus pagos serán mayores, por lo que los beneficios de sus empresas disminuirán.
Caso contrario les sucede a los exportadores, dado que al vender al exterior la misma cantidad de bienes y servicios recibirán los mismos dólares que antes. Estos dólares los podrán vender en el mercado cambiario a un mayor valor que antes, generándoles mayores beneficios económicos a la compañía.