Intervención del Gerente General del Banco de la República en la Reunión del Grupo de Estabilidad Financiera Regional
Para mí es muy grato darles la bienvenida a Bogotá y a esta vigésima cuarta reunión del Grupo de Estabilidad Financiera Regional que en esta oportunidad ha sido organizada por el Banco de la República junto con el Consejo Monetario Centroamericano.
Para nosotros es un honor ser sede de este importante encuentro en el año de la celebración del primer centenario del Banco.
Difícil encontrar un momento más oportuno para esta reunión que el que se presenta hoy, tras dos semanas de grandes turbulencias en los mercados financieros internacionales.
Las situaciones de iliquidez que alcanzaron a enfrentar el Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank hace menos de quince días llegaron a plantear una posibilidad dramática de pérdida de los depósitos en esas entidades, la mayor parte de los cuales no estaban asegurados. Si ello hubiera sucedido, probablemente hubiéramos visto también una corrida generalizada de depósitos en cerca de 4.900 bancos regionales de Estados Unidos sobre los cuales se suspendió hace pocos años la vigencia de las normas de liquidez que se habían establecido por parte del Comité de Basilea tras la crisis de 2008-2009.
Afortunadamente, el Banco de la Reserva Federal otorgó el respaldo a la totalidad de los depósitos, otorgando créditos de redescuento contra el valor nominal de los títulos y sin ponerles ningún haircut. Con esto evitó una gran crisis pero claramente con un costo potencial importante en la medida en que va a recibir títulos valorados a precios muy superiores a los de mercado.
El otro gran episodio que ha afectado al sistema financiero global en los últimos días es el de la pérdida de confianza en el Credit Suisse y su absorción por parte del la Unión de Bancos Suizos (UBS) en una operación de intervención de emergencia que se hizo durante la semana pasada bajo la supervisión del Banco Nacional Suizo. Nuevamente, en esa operación se hizo evidente el papel crítico que juega el banco central, no solo por su rol supervisor, cuando lo tiene, sino por la necesidad que surge en las crisis de suministrar montos enormes de liquidez para respaldar la confianza en el sistema. El Banco Nacional Suizo tuvo que poner a disposición de los bancos en cuestión montos de más de 100.000 millones de francos suizos.
Estos episodios de las últimas dos semanas son buenos ejemplos de la forma como los bancos centrales terminan siendo en última instancia los que responden por las fallas que puedan presentarse en el sistema financiero. Incluso en el caso de países como Colombia, en los que la supervisión financiera se encuentra en una institución separada del banco central, el Banco terminó respondiendo hace ya casi un cuarto de siglo, cuando nos enfrentamos en 1999 a la crisis financiera más grande que hemos tenido desde la gran depresión de 1929.
En este contexto resulta evidente la importancia que tiene el seguimiento de la estabilidad financiera, obviamente por parte de los entes de supervisión, pero también por parte de los bancos centrales que no tienen en forma directa esa responsabilidad.
Durante las últimas décadas hemos observado cómo la banca colombiana ha conseguido una expansión importante hacia distintos países de Centroamérica. En particular, los activos externos bancarios de Colombia -buena parte de ellos en Centroamérica- representan actualmente un 22% del activo consolidado de los establecimientos de crédito. Esta presencia internacional trae sin duda grandes beneficios al sistema financiero colombiano a través de una mayor diversificación.
No obstante, esta expansión de entidades bancarias colombianas en Centroamérica también está acompañada de una mayor complejidad en las actividades y los riesgos que asumen estas entidades a través de su accionar en la región. Ello a su vez genera la necesidad de entender mejor las condiciones y características de las diferentes economías, y así poder hacer un seguimiento más acorde para evaluar la capacidad de las entidades financieras de resistir distintos choques.
Organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han reconocido los importantes avances que ha realizado Colombia en ese sentido a través del Financial Sector Assessment Program (FSAP), dentro de los que se resaltan la identificación y regulación de los conglomerados financieros locales, y la incorporación de las exposiciones centroamericanas en el stress testing desarrollado por el Banco de la República. Si bien estos avances resultan satisfactorios en la evaluación, también se identifican oportunidades de mejora en los análisis de riesgos a los que estamos expuestos en la región.
Aunque este Grupo de Estabilidad Financiera Regional al que ustedes pertenecen fue organizado en el 2011 la participación de Colombia inició en septiembre de 2014, cuando suscribió el “Acuerdo de Cooperación para la Preservación de la Estabilidad Financiera Regional”. Desde ese momento nuestros funcionarios han participado de manera permanente en las reuniones anuales que emanan del Acuerdo. También hemos sido usuarios permanentes del Informe de Estabilidad Financiera Regional, lo cual ha sido muy enriquecedor para el Banco.
Durante los próximos dos días ustedes estarán exponiendo y debatiendo sobre la regulación, funcionamiento, dinámicas y experiencia de las medidas de liquidez disponibles en cada jurisdicción; se revisará la situación de los descalces cambiarios que exhiben los diferentes sistemas financieros, así como la políticas y medidas vigentes disponibles para gestión de ese riesgo y otros temas. Estoy seguro de que estos espacios permitirán compartir información y experiencias y servirán para fomentar nuevas iniciativas de cooperación regional en pro de fortalecer la estabilidad financiera.
Les deseo muchos éxitos en sus deliberaciones y, por supuesto, que disfruten su estadía en Bogotá.
Muchas gracias.