Bilingüismo en Colombia
El capital humano es uno de los ejes fundamentales del desarrollo de una sociedad. Sus efectos positivos se pueden ver en la reducción de la pobreza (Banerjee y Duflo, 2011), el aumento de los salarios (Mincer, 1974), la movilidad social (Bonilla, 2010; Angulo et al., 2012) y mayores tasas de crecimiento económico (Barro, 1991; Mankiw et al., 1992).
Una de las principales manifestaciones del capital humano es el bilingüismo; de hecho, diversos estudios demuestran el efecto asociado con la consolidación de un idioma y el dominio de una lengua extranjera. Por ejemplo, Helliwel (1999) muestra que la hegemonía de un idioma tiene un efecto positivo sobre los flujos comerciales. Por su parte, Ku y Zussman (2010) muestran que la adopción de una lingua franca reduce barreras comerciales asociadas con la dificultad de comunicarse en lenguas diferentes. Alesina y Farrera (2005) advierten que la diversidad lingüística en un país se encuentra negativamente relacionada con el crecimiento económico. Finalmente, en el aspecto microeconómico Chiswick (2008), Tainer (1988) y McManus et al. (1983) muestran que, entre los migrantes, aquellos que dominan el idioma del país de destino obtienen mayores salarios.
Como consecuencia, cada vez adquiere mayor importancia el dominio de una lengua extranjera, en particular el inglés. Crystal (1997) estimó que cerca de un tercio de la población mundial está expuesta al inglés desde diversas circunstancias, ya sean culturales, académicas o laborales. Esto no es una sorpresa, pues durante las últimas décadas esta lengua se consolidó como el idioma global; por tanto, el número de personas que lo aprenden creció exponencialmente, hasta el punto en que entre la década de los setenta y la primera del siglo XXI el número de personas en el mundo que han aprendido inglés pasó de menos de 300 millones a cerca de 1.200 millones, y se espera que hacia finales de la presente década alcance los 2.000 millones(Graddol, 2006).