JUNTA DIRECTIVA DEL BANCO DE LA REPÚBLICA PRESENTA PRIMER INFORME DEL AÑO 2015 AL CONGRESO

El Banco de la República entregó hoy el primer Informe de la Junta Directiva del 2015 al Congreso de la República. En él se hace un análisis del entorno económico internacional, de los resultados de la actividad económica en Colombia en 2014 y de las perspectivas para el presente año. En este contexto, se explican las decisiones de política monetaria y cambiaria adoptadas durante los últimos meses. De igual forma se profundiza en temas de interés tales como el comportamiento del mercado laboral, la inflación, el balance externo, y el sector financiero. Así mismo se discute el manejo de las reservas internacionales y la situación financiera del Banco de la República.

El Informe, examina las nuevas circunstancias económicas que enfrenta el país, a raíz del fuerte choque en sus términos de intercambio como resultado de la caída del precio del petróleo que alcanzó el 60% entre finales de junio de 2014 y mediados de enero de 2015. Si como la mayoría los analistas prevén, este choque tiene un alto grado de persistencia, será imprescindible que la economía del país se ajuste a  las nuevas circunstancias, para prevenir futuros desequilibrios macroeconómicos. Las políticas monetaria y fiscal no tienen el poder de eliminar totalmente los efectos negativos del choque. Por ello es importante adquirir conciencia sobre la necesidad de adaptarse a esta nueva realidad económica, para facilitar así los ajustes requeridos.

Durante el 2014 se observó una recuperación en la actividad real de los países avanzados que de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI) crecieron 1,8% frente al 1,3% en 2013. El crecimiento económico de este grupo de países estuvo liderado por los Estados Unidos, con una expansión del PIB de 2,4%, que superó el resultado de 2013 (2,2%). La mayor actividad real estadounidense se reflejó en una tendencia decreciente de la tasa de desempleo que se redujo de 6,7% en diciembre de 2013 a 5,6% al finalizar 2014. En este contexto, la Reserva Federal de los Estados Unidos desmontó gradualmente su programa de compra de activos financieros y mantuvo su tasa de interés en 0,25%. En sus reuniones recientes ha sugerido iniciar un incremento gradual de la misma una vez se consolide la recuperación de la economía y la inflación presente signos de convergencia hacia el objetivo de largo plazo del 2,0%.

Durante 2014, la zona del euro continuó creciendo a un ritmo muy lento, del 0,9% anual, aunque el desempeño entre países fue diferente. Ante el escaso dinamismo económico y las menores cotizaciones de los bienes básicos se acentuaron las presiones desinflacionarias, de tal forma que la inflación al concluir el año anterior se ubicó en terreno negativo (-0,2%). En ese contexto, el Banco Central Europeo decidió iniciar una política de expansión cuantitativa para estímular a la economía y combatir las presiones deflacionarias.

Las economías emergentes se desaceleraron en 2014, al registrar un crecimiento del PIB de 4,4%, inferior al 4,7% alcanzado en 2013. Por regiones, la expansión anual del PIB en Asia se redujo levemente de 6,6% a 6,5%, mientras que en América Latina la desaceleración fue más marcada al pasar de 2,8% a 1,2%. 

Para el presente año los analistas estiman un leve repunte en el crecimiento mundial, fundamentado en un mejor desempeño de las economías desarrolladas, especialmente Estados Unidos. En el caso de la zona euro existen dudas sobre la efectividad del programa de relajamiento cuantitativo del BCE para reactivar el canal del crédito en la región, dado el alto nivel de endeudamiento que se registra en varios países. En cuanto a los países emergentes, se prevé que continúe la desaceleración del crecimiento económico en China, mientras que para América Latina se espera un comportamiento heterogéneo entre países. 

El crecimiento de la economía colombiana en el año 2014 fue de 4,6% levemente inferior al observado en 2013 (4,9%). El elevado crecimiento de la demanda interna en el primer semestre del año se reflejó en una expansión del PIB superior al 5%. A partir del tercer trimestre la caída del precio del petróleo afectó el dinamismo de las exportaciones netas, ampliando el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos e induciendo una depreciación del tipo de cambio. Lo anterior estuvo acompañado de una desaceleración en el crecimiento económico, al pasar de 6,4% en el primer trimestre a 3,5% en el último trimestre del año.

El pronóstico de crecimiento del PIB para 2015 presentado en el Informe se sitúa en un rango entre 2% y 4%, con una tasa de 3,6% como valor más probable. La desaceleración de la actividad económica estaría principalmente relacionada con la caída de los precios internacionales del petróleo, que reduce el ingreso nacional, desestimula la inversión, y produce una desmejora del balance comercial y fiscal. También puede aumentar las primas de riesgo país, y a través de sus encadenamientos, indirectamente afectar el nivel de empleo.

La depreciación de la tasa de cambio nominal amortigua algunos de estos efectos, ya que compensa parcialmente la pérdida de valor de las exportaciones de petróleo, contribuyendo así a sostener la rentabilidad del sector y con ello aliviar las finanzas públicas. A su vez, mejora la competitividad de las exportaciones colombianas y de aquella producción nacional que compite con importaciones, lo cual favorece la actividad económica. 

El desempeño del mercado laboral durante 2014 fue positivo. La tasa de desempleo presentó una reducción significativa, y al último trimestre registró un promedio de 9,1% para el total nacional y de 9,9% para las trece principales áreas urbanas. Casi la totalidad de los puestos de trabajo generados en 2014 fueron asalariados formales, lo cual refleja progresos en la calidad del empleo que permiten mayor estabilidad laboral, remuneraciones más altas y un mejor acceso al crédito, lo que a su vez impulsa la confianza de los consumidores y el consumo de los hogares.

En materia de precios, al finalizar 2014 la variación anual del índice de precios al consumidor (IPC) se situó en 3,66% frente a 1,94% en 2013. Este incremento de la inflación fue coherente con una demanda interna más dinámica y con un nivel de producto que convergió al uso pleno de su capacidad instalada. A esto se agregó una depreciación del peso en la segunda mitad del año que se transmitió parcialmente a la variación anual del índice de precios de bienes transables. A pesar de ello, las expectativas de inflación, un elemento clave para garantizar el cumplimiento de la meta de largo plazo, se mantuvieron ancladas en el 3,0% a lo largo del año.

En los primeros meses de 2015 la inflación anual al consumidor ha seguido aumentando, principalmente como resultado del incremento en el precio de algunos alimentos. Se trata de un fenómeno transitorio, por lo cual se espera que entre el segundo y el tercer trimestres la inflación empiece a declinar. Adicionalmente, si se cumplen los pronósticos de desaceleración de la actividad económica, la economía deberá enfrentar algunos excesos de capacidad productiva en 2015, lo que hace descartar presiones importantes originadas en la demanda. Por esta misma razón, el ritmo de creación de empleo tenderá a ser menor, limitando las alzas de los costos laborales. Esta tendencia se mantendría en 2016, cuando la inflación continuaría convergiendo a la meta del 3%.

A partir de abril de 2014 la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) inició un incremento progresivo de la tasa de interés de referencia hasta alcanzar un nivel de 4.5% en agosto. Esta decisión consideraba que la mayor dinámica de la demanda interna, junto con la inflación al alza y algo mayor que la esperada, era coherente con una tasa de interés menos expansiva. Posterior a este cambio de postura, se comenzó a registrar la caída de los precios del petróleo que redujo las presiones de demanda, al tiempo que las expectativas de inflación continuaron ancladas en la meta. Ante estas circunstancias, la JDBR decidió mantener inalteradas las tasas de interés en los últimos cuatro meses del año y en los primeros meses de 2015. Esta postura se consideró adecuada, incluso teniendo en cuenta que alguna proporción de la depreciación del peso eventualmente se transmitiría a los precios de los bienes transables. El incremento de la tasa de interés de referencia en 125 puntos básicos (pb) entre abril y agosto de 2014, se reflejó de manera parcial en las tasas de captación y colocación del sistema financiero hacia finales del año. 

Respecto a los indicadores de riesgo financiero, el Informe señala que en el mercado de crédito se observó un aumento en los indicadores de mora, con y sin castigos, así como una relativa estabilidad en el indicador de calidad. Asimismo, las provisiones se mantuvieron en niveles que permiten cubrir la totalidad de la cartera vencida. En cuanto a indicadores de liquidez, se anota que el sistema financiero cuenta con los recursos líquidos para atender de forma suficiente sus obligaciones contractuales y no contractuales de corto plazo. Finalmente, se encuentra una baja exposición del sistema financiero a las firmas petroleras del país. Todo lo anterior es evidencia de la solidez del sistema financiero para afrontar la coyuntura actual.

En lo que respecta al balance externo, durante  2014 la economía colombiana registró un déficit en la cuenta corriente de 5,2% del PIB, superior al observado un año atrás (3,2% del PIB) , producto del notorio desbalance en la cuenta de bienes, que se explica por el  descenso en el valor exportado (-1.1%) y en el incremento de las importaciones (7.8%). La disminución de las ventas externas del país obedeció, en especial, a los menores precios internacionales de los principales productos de origen minero, destacándose la fuerte caída del precio del petróleo en el segundo semestre del año. El descenso en las exportaciones mineras  fue compensado parcialmente por el incremento en los valores exportados de los productos agrícolas (café, flores y banano), que en conjunto registraron un crecimiento anual de 18%, en tanto que las ventas externas de productos industriales tuvieron una reducción anual de 4,8%. Para 2015 la proyección del balance externo se enmarca en un contexto de recuperación de las economías avanzadas, pero con precios internacionales de productos básicos más bajos. 

La recuperación de la economía de los Estados Unidos y la desaceleración en otros países se tradujo en un fortalecimiento del dólar frente a la mayoría de las monedas, tanto de países desarrollados como emergentes. En América Latina todas las monedas se depreciaron, aunque el comportamiento no fue uniforme en el transcurso del año. Durante el primer semestre se presentaron apreciaciones, como resultado de una reducción de las primas de riesgo para estas economías. En el caso de Colombia, se observaron mayores valorizaciones asociadas con la entrada de capitales de portafolio ante el incremento de la ponderación de su deuda denominada en pesos en los índices de deuda emergente GBI de JP Morgan. Por su parte, durante el segundo semestre, se presentaron depreciaciones significativas frente al dólar para la mayoría de monedas de países de la región, siendo   la depreciación en  Colombia mayor  que la de sus pares latinoamericanos. Aunque algunos bienes básicos, como la plata, el oro o el cobre, mostraron caídas en sus precios, ninguna fue comparable a la caída del precio del petróleo, que afecta particularmente a Colombia, dentro de los países con régimen de tasa de cambio flexible.

El Banco de la República continuó con el programa de compra de reservas internacionales, y durante el año adquirió divisas en el mercado cambiario por USD 4.057,6 m mediante el mecanismo de subastas de compra directa. Con esto, al cierre del año las reservas internacionales brutas alcanzaron USD  47.328,1 m. En su sesión de diciembre la JDBR anunció que, teniendo en cuenta los niveles de cobertura de riesgo de liquidez externa, así como los cambios en el mercado cambiario, no continuaría con el programa de compra de reservas internacionales.

A diciembre de 2014 las reservas internacionales netas del Banco de la República alcanzaron un valor de USD 47.323,09 m, año en que su rentabilidad estuvo afectada por la coyuntura internacional, en particular por las bajas tasas de interés en los países en los cuales se invierte y por la apreciación del dólar estadounidense frente a las principales monedas, lo cual redujo el valor en dólares de las inversiones en otras monedas.

El Banco registró en 2014 un resultado operacional negativo de COP 1.166,2 mm, el cual es explicado, principalmente, por la depreciación de las monedas de reserva frente al dólar, que ha afectado el ingreso por rendimiento de las reservas internacionales y por las operaciones de contracción ejecutadas para contrarrestar el efecto inflacionario de las compras de divisas, las cuales han generado costos para el Banco. Las pérdidas atribuidas al diferencial cambiario entre el dólar y las monedas de reserva (COP 1.055,1 mm) se cubrieron con la reserva para fluctuación de monedas y el remanente, una vez descontada la reserva para inversión neta en actividad cultural, fue cubierto por el GNC (COP 123,9 mm). 

 

Consulte aquí el Informe al Congreso de marzo de 2015

13:31