Aunque es bien conocida la existencia de brechas salariales que favorecen a los hombres sobre las mujeres y que están explicadas por múltiples factores, poco se discute sobre qué ocurre en el caso contrario cuando la mujer gana más dinero que el hombre al interior del hogar. En particular, estudios internacionales sugieren que las parejas heterosexuales suelen evitar situaciones en la que la mujer gana más dinero que su pareja hombre, debido a que de acuerdo con los roles de género tradicionales el hombre gana más dinero que la mujer. Por ejemplo, se ha encontrado que las mujeres reducen su oferta laboral para no exceder los ingresos del hombre y así evitar una reversión de roles de género.

En un reciente trabajo de investigación, publicado en la serie de Borradores de Economía y escrito por Andrea Salazar Díaz, se estudia el efecto de las convenciones sociales y los roles de género sobre el ingreso y el uso de tiempo relativo entre hombres y mujeres dentro de los hogares colombianos. El caso colombiano es particularmente relevante, pues encuestas revelan que un porcentaje muy alto de personas están de acuerdo con que, si una mujer gana más dinero que su esposo, es casi seguro que cause problemas (Gráfica 1). El estudio de Salazar encuentra que en los hogares donde la mujer gana más dinero que su pareja, se incrementa su participación en las labores domésticas no remuneradas como una forma de reforzar su rol tradicional. Estos resultados son consistentes con la noción de que las parejas perciben costos -o inconvenientes frente a las convenciones sociales- en que las mujeres tengan ingresos mayores que los de su pareja.

Gráfica 1: Porcentaje de personas que están de acuerdo con la afirmación: "Si una mujer gana más dinero que su esposo, es casi seguro que cause problemas"

Alemania: 19,1% entre 2010 y 2014, 15,6% entre 2017 y 2020. Argentina: 20,6% entre 2010 y 2014, 19,6% entre 2017 y 2020. Brasil: 33,8% entre 2010 y 2014, 36,3% entre 2017 y 2020. Chile: 35% entre 2010 y 2014, 36,8% entre 2017 y 2020. Colombia: 44,2% entre 2010 y 2014, 43% entre 2017 y 2020. Estados Unidos: 12,5% entre 2010 y 2014, 10% entre 2017 y 2020. México: 43,5% entre 2010 y 2014, 53,5% entre 2017 y 2020. Perú: 26,3% entre 2010 y 2014, 26,2% entre 2017 y 2020. Suecia: 11,8% entre 2010 y 2014, 15,6 entre 2017 y 2020.

Fuente: Datos provenientes de la Encuesta Mundial de Valores rondas 2010-2014 y 2017-2020. Se excluyeron del análisis las personas que no respondieron o que respondieron "no sabe". El porcentaje reportado en la gráfica corresponde a la suma entre "muy de acuerdo" y "de acuerdo".

En el análisis se utilizan datos de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo 2016-2017 y se tienen en cuenta solo las parejas heterosexuales en las que ambos miembros reportan ingresos laborales positivos. En promedio, las mujeres dentro de esta muestra dedican 7 horas 32 minutos diarios al trabajo doméstico no remunerado, que es 70% más que el tiempo promedio que le dedican los hombres. Para estudiar qué ocurre con esta brecha de asignación del tiempo al trabajo doméstico cuando la mujer gana más dinero que el hombre, se comparan los hogares donde ello sucede con los hogares en los que el hombre es el que percibe mayores ingresos. En el análisis econométrico se añaden controles para comparar hogares que sean similares en cuanto al ingreso individual de la mujer, del hombre y del total del hogar, al ingreso relativo de la mujer, la raza, la educación y las edades de los miembros del hogar.

El Cuadro 1 presenta las diferencias estimadas en la brecha de trabajo doméstico entre los hogares en los que la mujer percibe ingresos superiores a los de su pareja y los hogares en los que la mujer percibe menores ingresos que el hombre. En las distintas columnas, se muestran resultados con distintos controles y restricciones muestrales. En la especificación base (Columna 1), la diferencia es de 62,19 minutos por día. Esto indica que en las parejas en las que la mujer gana más dinero que el hombre, la brecha en el trabajo doméstico no remunerado aumenta en aproximadamente una hora diaria frente a las parejas en las que el hombre es el que percibe ingresos superiores dentro del hogar. Esta estimación es robusta y similar al tener en cuenta el número de personas dependientes (Columna 2), al incluir variables que controlen por la presencia de ayuda o contratación doméstica (Columna 3) y al restringir la muestra a las parejas que se encuentran en el núcleo de la fuerza laboral y las edades más productivas: 25-54 años (Columna 4). En el documento se exploran algunos mecanismos detrás de este resultado y se encuentra que el aumento en esta brecha se explica únicamente por una mayor participación de las mujeres en estas labores domésticas no remuneradas, lo que, a su vez, resulta en una reducción de su tiempo libre para poder asumir esta carga extra dentro del hogar.

Cuadro 1: Diferencias estimadas en el tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado entre hogares con diferentes ingresos relativos entre hombre y mujer.

Variable dependiente: brecha de tiempo en el trabajo no remunerado (minutos por día)
  (1) (2) (3) (4)
Mujer gana más (D=1, Ingreso mujer > hombre) 62,190**
(24,655)
55,812**
(24,302)
56,425**
(24,212)
67,453***
(30,312)
Observaciones ponderadas 1.490.004 1.490.004 1.490.004 1.110.353
R cuadrado 0,075 0,095 0,097 0,090
Controles adicionales
Personas dependientes No
Ayuda / Contratación doméstica No No
Restricción de la muestra Ninguna Ninguna Ninguna Parejas entre 25 y 54 años

Fuente: Datos ponderados por los factores de expansión poblacionales de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo 2016-2017. Errores estándar robustos en paréntesis. *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Los resultados sugieren que las mujeres incrementan su participación en el trabajo doméstico no remunerado para reducir las tensiones dentro del hogar que se generan, dados los roles de género, cuando ganan más dinero que su pareja. Este resultado es consistente con la literatura que afirma que el cumplimiento de roles de género dentro de la sociedad podría explicar por qué las mujeres asumen desproporcionadamente estas labores domésticas no remuneradas, a pesar de haber incrementado su participación en el mercado laboral. Finalmente, la investigación resalta la importancia de políticas enfocadas en cambio cultural que ajusten las convenciones sociales y los estereotipos de género que generan disparidades en el uso del tiempo entre hombres y mujeres y que no parecen tener ninguna justificación económica.