En Colombia existe una brecha en la calidad de la educación de los hogares urbanos y rurales causada por múltiples factores. Por un lado, las familias campesinas tienen, en promedio, menor educación, y además es más común que los niños que crecen en zonas rurales dediquen más tiempo a trabajar. Por otro lado, en las zonas rurales hay menos centros educativos, y los que existen tienden a ser más pequeños y contar con menos recursos.

El aislamiento geográfico podría contribuir a explicar la desventaja que enfrentan los estudiantes rurales. Se sabe, por ejemplo, que estar cerca a las ciudades aumenta la productividad, no sólo por el mayor acceso a mercados e información, sino también por la mayor capacidad administrativa del Estado, que se traduce en más y mejores servicios públicos. En educación, los menores puntajes en las pruebas SABER en las regiones más apartadas sugieren que este también es el caso. Una pregunta relevante es si ello está asociado con la distancia a los centros poblados o a otros factores.

Un estudio reciente del Banco de la República sobre aislamiento geográfico y educación rural en Colombia, realizado por Leonardo Bonilla y Erika Londoño, aborda esta pregunta. Los autores comienzan por calcular el tiempo de recorrido entre las escuelas rurales y las respectivas cabeceras municipales donde se encuentra la alcaldía, y capitales departamentales, donde operan las Secretarías de Educación que están a cargo de la provisión del servicio de educación de los municipios pequeños.

Como lo han documentado estudios previos, el aprendizaje, medido con el puntaje en las pruebas estandarizadas de primaria SABER 3 y 5, efectivamente cae a medida que la escuela se aleja de la cabecera municipal y la capital departamental (Gráfico 1).

Gráfico 1. Distancia y desempeño en las pruebas Saber 3 y 5

a. Distancia a la cabecera

Para estudiantes que se encuentran entre 0 y 2 horas de distancia a la cabecera municipal, el puntaje promedio en Matemáticas fluctúa entre 0,7 y 0,8; en lenguaje, el puntaje promedio se presenta alrededor de 0,5. Para estudiantes a más de 6 horas de distancia de la cabecera municipal, el puntaje promedio en Matemáticas fluctúa entre -0,25 y 0,25; en lenguaje, entre -0,5 y -0,25.

b. Distancia a la Secretaría de Educación

Para estudiantes que se encuentran entre 0 y 4 horas de distancia a la Secretaría de Educación departamental, el puntaje promedio en Matemáticas fluctúa entre 0,5 y 0,75; en lenguaje, el puntaje promedio fluctúa entre 0,3 y 0,5. Para estudiantes a más de 12 horas de distancia de la Secretaría de Educación departamental, el puntaje promedio en Matemáticas fluctúa entre -0,3 y 0,75; en lenguaje, entre -0,5 y 0,5.

Para medir cuánto de esta brecha se explica por el aislamiento geográfico, los autores estiman un modelo econométrico que compara el desempeño en las pruebas SABER de escuelas parecidas en todos los sentidos, excepto en la distancia a los respectivos gobiernos locales1. Los resultados indican que tanto la distancia a la cabecera municipal como aquella a la Secretaría de Educación tiene un efecto negativo y significativo sobre el aprendizaje. Esto confirma que el aislamiento geográfico juega un rol importante en las brechas educativas urbano-rurales.

Los autores también muestran que la asociación negativa entre el puntaje en las pruebas educativas y la distancia de las escuelas a los centros poblados tiene que ver con diferencias importantes en los insumos del sistema escolar, especialmente en lo que concierne a la planta docente. En efecto, en las escuelas más apartadas es más probable que los docentes tengan contratos temporales y un menor nivel de formación académica.

Este no es un problema nuevo y desde 2009 el Ministerio de Educación tiene un programa de incentivos para atraer y retener docentes y directivos en las zonas más apartadas del país. Actualmente, el 60% de los docentes de instituciones rurales del país reciben este subsidio. Los resultados del estudio muestran que la relación entre la distancia y el aprendizaje se explica principalmente por colegios clasificados como de difícil acceso, y que al tener en cuenta tales incentivos en las estimaciones no se atenúan las desventajas del aislamiento. Lo anterior sugiere que el impacto del programa es limitado. Esto podría explicarse en parte por el diseño de los incentivos. En efecto, todos los docentes trabajando en escuelas clasificadas como de difícil acceso reciben el mismo bono, independientemente de la distancia y la dificultad de acceso a las cabeceras municipales y a las capitales de departamento. Los resultados de este estudio sugieren la conveniencia de políticas de remuneración que consideren el aislamiento de los colegios para mejorar la calidad de la educación rural.


1 Específicamente, se estiman regresiones discontinuas espaciales que comparan escuelas ubicadas cerca a la frontera entre dos municipios, y que se diferencian principalmente en la distancia a las respectivas cabeceras o secretarías de educación.