Reservas internacionales
De acuerdo con el Manual de Balanza de Pagos y Posición de Inversión Internacional del Fondo Monetario Internacional (sexta edición), las reservas internacionales son los “activos externos que están disponibles de inmediato y bajo el control de las autoridades monetarias para satisfacer necesidades de financiamiento de la balanza de pagos, para intervenir en los mercados cambiarios a fin de influir sobre el tipo de cambio y para otros fines conexos (como el mantenimiento de la confianza en la moneda y la economía y servir como base para el endeudamiento externo)”. Estos activos deben “ser líquidos, deben estar denominados y ser liquidados en monedas extranjeras convertibles”. Además, el control por parte de las autoridades monetarias sobre ellos debe ser directo y efectivo.
El Banco mantiene reservas internacionales en cuantías que considera suficientes para intervenir en el mercado cambiario apoyando el cumplimiento de los objetivos de política monetaria, y facilitando el acceso del Gobierno y del sector privado a los mercados internacionales de capitales. Estos activos pueden ser usados de manera contingente para realizar pagos al exterior como las importaciones, intereses de deuda externa, entre otros, por lo que su monto es determinante en la percepción de la capacidad de pago de los prestatarios nacionales por parte de las agencias calificadoras de riesgo y prestamistas externos. Su administración se efectúa con sujeción a los criterios de seguridad, liquidez y rentabilidad.